¿De quién es la Culpa?: Machupichu, José, El Sol...La Familia y la Espantosa Amistad

Pude haberme convertido en camaleón para refugiarme entremedio de tanto verde...pero no quise; quise ser humano un rato más para disfrutar de mis sentidos de mujer y contemplar lo más divino que he conocido hasta ahora.

No fue tan sólo estar en el centro perfecto sino que el viaje...el maravilloso viaje en camión que nos regalo un antofagasta caluroso y tramposo...la portada esta más lejos que cerca. Nos mostró un mejillones de amores perdidos, con vientos despavoridos y tardes con leves arreboles sentimentales. Nos convido a conocer a un buen hombre que nos invitó al desierto nocturno con las estrellas fugases y no que se querían caer encima de nosotras. Yo me traje un par de deseos.

Fue Iquique con las desiertas oficinas salitreras o Arica (sin Arika..:( ) con su morro de foto y sus playas de calefont. Fue también Tacna con su sol aplastante, sus horas horas muertas o su estatua de Grau.

Fue Arequipa con su imprudente Ley del Transito, los ticos, las frituras, la hostal, la niña que nos espiaba, la austriaca carreteada a las 9 de la noche, nuestros juegos de cartas.

Estoy segura que fueron los viajes en buses del terror, con agujeros, gente por todos lados equipada hasta los dientes, niños durmiendo en los pasillos, baños perversos. Las carreteras también fueron, lo sé.

Sé que fue el Cusco con sus iglesias fastuosas, con el tren y la mina perdida que nos vendió los pasajes al sol. Fue Aguas Calientes con las termas y la lluvia ...y el verdor por todos lados.

Fueron mis calambres en el Wainapichu, nuestros colorados rostros, los brasileños, los argentinos (uuu), el titicaca, el griego...José con su contentura de alma y sus ganas de enseñarnos su vida. También fue la altura y los mexicanos con su sabiduria implicita, sus ganas de vivir y de viajar.

Fuimos nosotras y nuestra imperturbable amistad veinteañera, nuestro olor a pata, mis terribles echadas de menos, las enfermedades, el hospital de Arica, la otitis, el bus Tur- Bus y el auxiliar seriote.

Fueron mi padres y mis hermanos con su sonrisas dadivosas, la blanca risa de la Cotemón, los mails de la Valentina, el te quiero de la Genesis. La espera incesante y el amor incondicional de tú.

Todo esto fue lo confabuló para que ahora...ahorita mismo...yo este con tanta contentura del alma y con tanta paz regalada...

Y con ganas de seguir siendo humano, mujer y Claudia Camila.